jueves, 22 de enero de 2009

¿Sabrás?

Recorro el aire que deja tu pelo al soltarse sobre tu cuerpo.
Anido en el hueco impreciso en que predispuesta anuncias que has abierto la entrada a los confines de tu alma.
Espero sembrar con mis besos cada uno de tus silencios, arrancando gemidos que vienen del recodo impreciso en que has dado cabida a mi intento.
Me mezo, rememorando ese momento.
¿Será para mí ese momento?
¿Estarás dispuesta a darme cobijo?
¿Me darás tiempo?
¿Encontraremos cómo tenerlo?
Es posible que hubiera ese instante para recordar.
Es posible que puedas volar y en ello me puedas alcanzar.
Es posible…
¿Me vendrás a buscar?
¿Sabrás?
La respuesta, mañana se verá.
Entretanto, hilaré palabras para con ellas seguir el camino de Ariadna.

Código de registro en Safe Creative:0901222448475



Código de registro en Safe Creative:0901222448499

lunes, 19 de enero de 2009

No en vano nos transformamos.

Asomo a la calle transitada por pocas personas.
Debe hacer frío.
Cabizbajos, se desplazan arropados.
Son tres hombres que no tienen otra cosa en común que mi propia observación.
Los árboles han perdido la mayor parte de sus hojas, y las que les quedan son pardas y desmañadas.
En frente todo está cerrado, exceptuando un salón de peluquería que tiene un monitor con imágenes en movimiento.
Cortes de pelo.
El otro día eran primeros planos de llantas. Coches de carreras.
No se ve movimiento alguno.
Es posible que esté cerrado, pero con todo a la vista para llamar la atención.
Para ganar en visibilidad.
Hoy es 13 de diciembre. Sábado.
El otro día supe que es el día de Sta Lucia.
Buscaba información para saber cuando se ponían en marcha las paradas de la catedral.
He podido recordar, muy sensiblemente, esos días en que con mis amigas iba al baile de las modistillas.
Me he visto con mi falda gris con corte de campana y mi chaqueta cruzada.
No era consciente de la juventud que lucía ese día. Ahora desde cuarenta años después veo la alegría y alborozo que nos movía a esa cuadrilla de amigas.
Las amistades han ido y han venido.
Ellas, mis amigas, han tenido familia. Incluso hay una que tiene nietos.
Mi vida ha sido otra.
Es posible que hubiera vivido esa vida previsible y no fuera capaz de imaginarme ésta.
Estuve en muchos proyectos, pero me alejé de ellos.
Cuando la duda se interpone, salgo en busca de aire.
Vuelvo a mis recuerdos en la calle.
Hace días que estoy metida en casa.
No hay quien me haga tener ganas de cruzar el umbral y salir a tomar aire fresco.
Bien fresco debe ser, a juzgar por el poco movimiento que desde casa se ve.
Suerte que puedo mirar la calle y entretenerme, a lo largo del día, con el trasiego humano.
Cuando los niños y niñas van a la escuela. Cuando vuelven.
Los adultos en su tráfago diario.
Los comerciantes con sus locales a puertas abiertas para que la gente se aproxime y acceda.
Una pescadería de mucho éxito, justo en frente.
Sin embargo, nunca he hecho compra en ella.
Estar en una zona comercial y céntrica como la mía hace que los encierros voluntarios sean menos.
Tras el cristal veo el mundo pasar de la luz natural a la artificial.
Mi cuerpo está en un proceso que querría terminara ya, pero mi voluntad lo deja estar.
Mi mente se evade con otras cosas y olvida el dolor de articulaciones y malestares múltiples.
Cada día, un par de veces, hablo con mis padres.
Queda poco para hacer el viaje. Estar con ellos un par de semanas.
Retornar y volver a mi cotidiano estar o no estar.
El martes se verá.
Si puedo alentar las buenas o aceptar las malas.
Ya se verá.
Ahora, tras mi merienda, con un café con leche por acabar, he querido tomar la letra y en ella soltar.
Normalmente lo hago directamente en el blog que quiero editar, pero en este caso me he puesto ante un panel en blanco del procesador de textos, con ganas de soltar lastre y dejarme llevar.
Vuelvo a verme.
¡Qué felicidad!
Fueron momentos hermosos.
Amorios y complicidades.
Mis amigas trabajaban y yo estudiaba.
Cada tarde, pasaba a recogerlas cuando cerraban y recogían.
Muchas veces esperaba en los vestuarios mientras se acicalaban unas y otras.
Fui yo entre todas ellas.
¿Por qué renuncié a ese mundo?
¿Qué me llevó a la inconformidad?
Es algo que por mucho que busque, me cuesta encontrar.
Se abría un nuevo horizonte.
Los chicos que eran nuestros amigos no eran como los padres.
Sin embargo, el mazo machista pesaba sobre mi espalda.
No quería exponerme.
No fue un acto claro y decidido.
Fue seguir la guía de lo que para mí no quería.
No fue fácil.
Volver a pisar sobre mis pasos, me haría echar marcha atrás.
Sin embargo, aquí he llegado.
Ahora otras sombras se hacen paso.
No me sirve el credo que anteriormente me había marcado.
Y escapo.
Escapo de mi misma.
Tomo vuelo y me sueño, construyendo un alma y un cuerpo que me deje en buen puerto.
¿Qué temo?
Lo mismo que todo bicho viviente.
Tenerla frente a frente.
¿A qué o quien?
Ya se sabe.
La innombrable.
La muerte.
La que llega arrasando a todos aquellos que formaban mi mundo desmontándolo.
La que también cuenta conmigo.
La que aunque sé con certeza está, temo por todo lo que la conciencia de ella me da.
Pienso en ella.
Mucho.
Cuando llega la noche, vienen a mí una confusión de ideas.
Entonces, aunque el cuerpo pide reposo, mi mente no quiere dejarse llevar.
Al fin, el sueño vence y, a la mañana siguiente, me veo con la luminosidad del día, dispuesta a arrancarme todas las ganas del alma y dada a poner los diques y mojones de mi nuevo caminar.
Será esto el transito a un nuevo estado.
No en vano nos transformamos.

Anna SB, 13 de diciembre de 2008

jueves, 15 de enero de 2009

¡Sea así!

Silencios.
Hierros fríos a tus pies.
Aullidos a lo lejos.

Esa luna redonda sobre el horizonte del alma.

Campanas repiqueteando,
en las noches nuevas de invierno.

Se fue.

No ayer, sino hace tiempo.
Tanto que ni lo recuerdo.

El tiempo cortado de recuerdos.

Maraña en la madrugada anuncia un mañana que araña.

Me has dicho algo, y yo he partido sin tener en cuenta que posiblemente cuando vuelva habrás olvidado el intento.

A destiempo.
Nos cruzamos sin encontrarnos.
Nos miramos sin pararnos en nosotros, proyectando la mirada a otro lado.

¿Tanto cuesta verse?
¿Tememos?

Es posible que así sea.
Lo es.
Afirmaría que así es.

Puede ser que recorramos la misma espiral y no sepamos haber estado ya.

Seguramente así será.

Entre tanto nos entretenemos y excusamos.

¿Sabrán que anduvimos volteando?
¿Podrán reconocer nuestros trazos?

Posiblemente tendrán que andar los mismos pasos.

La cábala del tiempo repetirá el cadalso.
Segará la esperanza en el llanto.
Robará las ganas.

Pararemos en un ángulo del camino espectando,
sin saber que ha pasado de largo.

Parará la rueca su trajín y la historia llegará a su fin.

¡Sea así!

Código de registro en Safe Creative:0901152412416

martes, 13 de enero de 2009

Los años dejan sus marcas.

¿Qué anida en mi corazón?
¿Qué lamento se aloja en mi alma?
¿Qué silencio ahueca mis alas?

Oteo los vientos que rasgan mi alma.
Merodeo por los recovecos que cierran oscuros silencios.
Siseos de aire que enquistan el tiempo.

Salto a destiempo y siento un eco indescifrable.

Se perdió el tiempo como arena mojada que pierde humedad cuando el sol le da.

Un sueño o un recuerdo.
Una palabra o un eco.
Un te quiero o un te miento.

¿Qué es todo eso?

Vivir tiene su precio.

Te busco y no te encuentro.

Cuando ante mí te tengo, te pierdo.

El abrazo no llega a dentro.
La mirada a veces rasga.
Otras veces traspasa.

Los ojos que no encuentran ecos, se apagan.

Los años dejan sus marcas.

No son los años, son los desdichos y las acciones frustradas.
Son los desencuentros de almas que vagan.

Retorno al cubículo de la Madre.
En ella se ampare.

Código de registro en Safe Creative:0901142405411

miércoles, 7 de enero de 2009

martes, 6 de enero de 2009

Vivir es la esencia y realidad.

Hielo roto, mordaza en un rincón del tiempo.
Silencio que se impone.
Palabras en espera.
Siniestros pensamientos.
Dispuestos.
Darles la vuelta y hacer con ellos ristras trenzadas colgándolas al trasaire.
Será posible cortar el aliento que entristece y darle alas a la ilusión renovada.
La vida siempre es inventada.
Le ponemos trabas.
La coartamos con lo que debe ser sin tener en cuenta que en nada debe.
Nos limitamos y vemos pasar el tiempo.
Pensamos equivocados que ya no hay tiempo.
Creemos que pasó de largo ese momento, cuando tenemos infinidad por descubrir.
Restañar las heridas tiene su precio.
Acumulamos duelos.
Mañana de ilusiones cumplidas.
Tanto deseo que arrincona lo conseguido y pleitea por lo eludido.
Comprarás mañana aquello que en otro tiempo obviaste, dejándolo en la cuneta de tu vida.
Cuando vuelvas por él, se habrá ido.
No repares en inconvenientes y lánzate aunque te parezca que lo haces al vacío.
Exponerse vale la pena, cuando supone lanzarse en vuelo tras el objetivo que marca tu sino.
De absolutos pendemos.
Falsa moneda en nuestros bolsillos yertos de arena salitrosa arrancando el tiempo descuidado.
Me he vuelto y he quedado convertida en la estatua de sal que no debía mirar.
Deshago el hechizo y salgo de la cáscara que me da paso, tras haber visto la esencia que debí olvidar en ese trasigo que la vida me da.
El ciclo ha vuelto a ponerme ante mí.
No he de olvidar, aunque las cosas parezcan nimiedad.
Vivir es la esencia y realidad.

Código de registro en Safe Creative:0901062360104