Tirita la carne el corazón se hace trizas se rompen los arcos y cuerdas amor en esa esquina la del encuentro fortuito la de la letanía rompen los ecos del alma la carne que resucita Al fin el deseo no es otro que el de yacer unos con otros
Si negamos que la carne se conduce y reconforta ¿En qué quedamos? En lúgubre propuestas que llenan de dolor y deseo insatisfecho No hay más hecho que el de la carne que pide y la respuesta que alcanza
Silencios y palabras
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Nadie tendrá tu voz.
Es tu dolor.
Es tu alegría.
Exaltación de tu vida.
Nadie podrá decir que es suya.
Es única.
Es tuya.
No hay llanto que se repit...
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