jueves, 26 de julio de 2007

En aquellos tiempos...

Aquel paraje era realmente una selva montañosa. Las aguas que procedían de la gran cascada eran de total transparencia. Pequeñas truchas saltaban sobre ellas. Grandes piedras de colores rojizos, margas, hermoseaban el lecho del río.

Las dos hermanas plantaron sus raíces en aquel sitio.

La cueva, aunque pequeña, era muy acogedora.

Dentro de ella podían captar, en la penumbra, señales e inscripciones que Kary llegó a interpretar. Era el anuncio de sus peripecias. Vio en los dibujos esquemáticos los distintos momentos de su vida, incluso de antes. Curiosamente, no encontró nada que le permitiera anticiparse a lo por venir.

Aprendió a escuchar los signos de las hojas al caer. El bosque emitía susurros que la orientaban.

Supo por dónde girar y de dónde esquivar.

Las huellas del lecho del río eran como tablas de conocimiento para ella. Los pliegues que el agua marcaba le indicaban los pensamientos que en meandros abordaba.

Nora se fue recuperando poco a poco. Su piel morena se fue bronceando y los músculos de sus piernas y brazos fueron cobrando su volumen.

Whymk iba y venía trayendo en su pico pequeños objetos que Nora guardaba recogidos en un paño de seda azul.

Kary le había dicho que no desestimara nada de lo que él le fuera entregando que era posible que tuviera sentido en un futuro e incluso fuera de utilidad.

Las dos hermanas hablaban alrededor del fuego que durante el día y la noche mantenían encendido. Nora aprendía a explicitar esos miedos ancestrales que se colaban por debajo de su alma y Kary los iba absorbiendo como códigos de un ritual que estaba por desvelar. Nora se iba despojando de ellos y ganaba el beneficio de la cura de su alma y de su cuerpo. Kary los atesoraba en su alma y ganaba sabiduría. Nora era la depositaria de historias y leyendas pasadas. Era un acto que se daba en un momento de duermevela. Ella nunca recordaba que hubiera derramado esas palabras sobre su hermana. Contenía la memoria de la Comuna. Era la depositaria. Sólo quedaban ellas dos y Whymk para hacer de la tierra un espacio en que las tinieblas no se adueñaran. Sabían que debían despertar a la hechicera internándose en la gran cascada, que tenían que invocarla. Digo sabían, pero era Kary que lo sabía ya que Nora lo decía sin conocer el sentido de sus mensajes y no los recordaría jamás.

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